EUROPA
PRESS
4 mayo
2018
Cómo
varía la flora vaginal y cómo cuidarla
Todas las mujeres cuentan con una flora
vaginal propia, fundamental para el correcto estado de salud. Ésta se conforma
desde el mismo útero y varía a lo largo de la vida, en función de la etapa de
la vida de la mujer (infancia-adolescencia-edad adulta-menopausia), y del
proceso en el que se encuentre, de si está embarazada, de si ha superado una
infección y de si ha tomado una serie de fármacos, por ejemplo.
"Se ha demostrado que en la etapa fetal pueden estar en
la sangre, en el meconio, y en el líquido amniótico. Parece que intraútero se empieza a colonizar, y que va variando a lo
largo de la vida, y de la edad. Las niñas tienen una composición, en la edad
fértil empieza a desarrollarse y, dentro de ésta, también cambia en función de
la fase del ciclo, además de modificarse también durante el embarazo y luego en
la menopausia", explica a Infosalus el
ginecólogo del Hospital HLA Inmaculada de Granada Antonio Muñoz.
Según explica, se trata de microorganismos que, de forma
natural, se encuentran en la vagina de toda mujer, y sin causar ningún daño.
Conforman lo que se conoce como el 'ecosistema vaginal', fundamentalmente
bacterias del grupo de 'lactobacillus'. Actualmente
se denomina también a la flora vaginal como 'microbiota
vaginal'.
"Puede haber hasta 100 tipos diferentes de bacterias lactobacillus en ella, aunque unas son más predominantes
que otras. Aunque también de manera natural puede haber otras bacterias o
hongos que estén ahí sin hacer daño, pero que cuando se desajustan las
proporciones puede surgir el problema", advierte.
Cómo varía en
función de la edad
Así las cosas, el doctor Muñoz enumera los principales
cambios que sufre la microbiota vaginal en función de
la etapa de vida de la mujer:
·
En la niñez, y antes de la menstruación, señala que las bacterias
que se encuentran en la vagina son parecidas a las que hay en la piel,
bacterias que hay en la zona del perineo o en la zona intestinal.
·
Cuando aparece la menstruación proliferan otro tipo de bacterias,
tipo lactobacillus, ante una mayor secreción.
"Pueden variar a lo largo del ciclo, primero por la acción de los
estrógenos y después de los progestágenos. Además, el ph
vaginal también varía ante el ph de la menstruación.
El mismo efecto de arrastre de la sangre hace que se cambie también la flora
vaginal", aclara.
·
En el embarazo no hay esta acción de la menstruación y no se
producen los efectos de arrastre, pero sí se incrementa el ph
vaginal por mecanismos bioquímicos, que pueden inducir a mayores desequilibrios
en la misma, "por lo que conviene prevenirlos", alerta.
·
En la menopausia se vuelve al mismo estado de la niñez, y
disminuye el flujo hormonal en la vagina y aparecen cambios en la microbiota. "Disminuye mucho la cantidad de
microorganismos, lo normal, según se calcula, es que ésta pasa de unos diez
millones de microbacterias por mililitro a un uno por
ciento o menos de éstas durante la menopausia", precisa el doctor Muñoz.
A juicio del ginecólogo de HLA Hospitales es fundamental
cuidar de la flora vaginal para evitar la proliferación de patógenos. En este
sentido, señala que una de sus funciones se basa en la fabricación de moléculas
de defensa inmunitaria, y dice que también se encarga de la bajada del ph vaginal para evitar la proliferación de estas bacterias.
Pautas para
mantenerla sana
Por otro lado, destaca que hay muchos factores que pueden
alterar la flora o microbiota vaginal, como cualquier
irritante a nivel de vulva o de vagina, como puede ser el caso de jabones
detergentes o de suavizantes, así como papeles higiénicos de colores, o geles de baño o de ducha muy fuertes.
A su vez, alerta sobre el exceso o el defecto de higiene.
"Tanto la falta como el exceso de higiene no son buenos", indica, a
la vez que llama la atención sobre la depilación o rasurado, que pueden afectar
a la flora vaginal, así como al uso de los tampones, sobre todo si van
asociados a sustancias químicas de perfume por ejemplo.
Igualmente, el ginecólogo apunta al uso de ropa ajustada o
de tejidos sintéticos; a la humedad muy mantenida, por ejemplo en verano en las
piscinas con los bañadores, o como consecuencia de un ejercicio excesivo; o por
prácticas deportivas como el ciclismo, o la equitación, por ejemplo.
"Para prevenir infecciones de la flora vaginal es
fundamental evitar estos factores de riesgo antes mencionados, y evitar también
factores químicos, como los antibióticos de amplio espectro, los tratamientos
con corticoides, o incluso el tabaco, que puede favorecer la aparición de infecciones",
aclara el especialista.
Según indica, la infección más frecuente que tiene lugar
cuando la microbiota vaginal 'falla' es la candidiasis. El empleo de probióticos y prebióticos cree
que puede ser favorable a la hora de 'repararla', así como el uso de jabones
específicos para la zona con antisépticos o aceites esenciales de tomillo y de
salvia. El doctor Muñoz recuerda también que el yogur natural puede ser útil en
estos casos, no sólo su ingesta, incluso su aplicación en la zona de la vagina.